Escultor, Enrique Galarza Moreno (1896-2000)
El escultor del Cristo del Calvario de la Cofradia del Perdón de Orihuela y del Cristo del Perdón de la Cofradía del Santisimo Cristo del Perdón y de los Afligidos de Velez Rubio, su reflejo, (dada la impresionante similitud de las dos imagenes), se llamaba Enrique Galarza Moreno, nació el 27 de septiembre de 1896 en el seno de una humilde familia en
el barrio del "Enguerino" en el Grao de Valencia.
Cristo del Perdón del Velez Rubio
Cristo del Calvario de Orihuela
Era el quinto de los seis
hijos del matrimonio formado por Francisco Galarza Esquerre, miembro del cuerpo
de la Guardia Civil, y Carmen Moreno Oliva.
Según José Javier Ortí Robles (autor de su biografía), su infancia fue poco
halagüeña, ya que quedó huérfano de padre a los dos años de edad y fue testigo
de las grandes dificultades y vicisitudes por las que atravesó su madre para
sacar adelante a la familia. Esta situación influyó notablemente en su carácter
y se traslucía cuando recordaba que tuvo que trabajar desde muy
pequeño para conseguir un simple lápiz. Fue internado en el Colegio para
Huérfanos de San Juan de Dios de la Malvarrosa, donde pasó dos años; luego, en
el de la Misericordia, donde ya estaba internado su hermano Fernando. En sus
diez años de hospicio comenzó a manifestar su afición por el dibujo.
Colegio San Juan de Dios (Valencia).
Abandonado el hospicio e
instalado en la casa familiar, comienza a asistir a la escuela del Grao donde
la figura del maestro "D. Antonio", gran aficionado a las bellas artes, actuará
como dinamizador y catalizador de una incipiente vocación, como lo demostraba
con su participación en la Exposición Regional Valenciana de 1909. En aquella
época inicia una gran amistad con con Ramón Mateu Montesinos y junto, y animados
por citado maestro, comienza a asistir a la Escuela de Bellas Artes de San
Carlos.
Cristo del Perdón de Velez Rubio
Con trece años entró como aprendiz en el taller de Venancio Marcos, en la calle Caballeros, donde trabajada como oficial Joaquín Climent, quien le tomó gran afecto y del que, aseguraba, recibió la mayor parte de sus conocimientos. A los 16 años entra en el taller de José María Ponsoda, trabajando junto a Carmelo Vicent y Julio Belloc, asistiendo a las clases de modelado que en la Escuela de Artes y Oficios y la Superior de Bellas Artes, impartía D. Francisco Paret y D. José Aixa. Allí se le despertó la admiración, que siempre profesó, por el que consideraba como el más genial escultor valenciano: Ignacio Vergara. Formando parte del grupo "Juvetud Artística" que impulsara Sorolla, su participación en el Círculo de BB.AA. llegó a ser muy activa, ocupando junto Carmelo Vicent, Vicente Beltrán, Julio Benlloc, Marco Pérez y otros, un taller en el tiempo libre, pagado por la Sociedad, donde daba rienda suelta a su expresión artística sin las ataduras academicistas.
Cristo del Perdon de Velez Rubio
A los 20 años, a
petición del maestro Antonio Pérez, se traslada a Zaragoza para trabajar en un
altar barroco destinado a Fet, permaneciendo allí catorce meses y regresando con
su trabajo muy reconocido y bien pagado. Ya como oficial, y de modo temporal,
pasó por el taller de D. Francisco Pablo, en la calle Alboraya, donde tuvo
diferencias de opinión sobre el acabado del ala de un ángel; manifiesta así su
fuerte carácter y bien definido, que nunca se doblegó ante lo que no consideraba
estrictamente justo y rigurosamente acabado y adecuado.
Cristo del Perdón de Velez Rubio
Como oficial de primera se traslada al taller de D. Pío Mollar, siendo nominado por aquel tiempo presidente del gremio de escultores, asociado a la Sociedad Obrera "San Vicente Ferrer". Ocupando ese cargo, comenzó a disponer de más tiempo libre y a recibir encargos particulares, de forma que se instaló en el Cabañal.
Como oficial de primera se traslada al taller de D. Pío Mollar, siendo nominado por aquel tiempo presidente del gremio de escultores, asociado a la Sociedad Obrera "San Vicente Ferrer". Ocupando ese cargo, comenzó a disponer de más tiempo libre y a recibir encargos particulares, de forma que se instaló en el Cabañal.
Anuncio del Taller de Pio Mollar, donde trabajó Galarza.
Pero fue al conocer a su esposa, Concepción Tarazona Sanchis, natural de Picassent (Valencia), cuando una vez casados, instaló su taller en Valencia.
De esta época de gran actividad,
pues los encargos se multiplicaban, es interesante reseñar un hecho que siempre
relataba con orgullo: enterado su intermediario que una comisión de Xàtiva se
disponía a encargar una imagen de la Patrona, la Virgen de las Nieves, intentó
sin éxito conseguir la adjudicación para Galarza; el trabajo lo encargó en
Madrid el también valenciano de nacimiento pero madrileño de adopción Mariano
Benlliure, como escultor más afamado del momento. No obstante este dato y por no
mover la imagen del lugar sagrado, la comisión encargó a Enrique otra similar
para ser colocada en las andas procesionales. Finalizada la obra y expuestas
conjuntamente las imágenes, parece ser que los miembros de la comisión hicieron
el siguiente comentario: ¿¡Para eso hemos tenido que ir a Madrid!? Y es que, sin
quitar un ápice de esplendor a la obra del primero cuando de piedra se trataba,
poco había que envidiar el trabajo en madera de la obra del segundo.
Curiosamente aún se conservan las dos y pueden ser analizadas y juzgadas
conjuntamente.
Con la instauración de la II República se inicia una época de decaimiento paulatino del trabajo. Tenemos constancia que Galarza trabajó en 1921 para el taller valenciano de Tena, gracias al periodico "El Adelanto" de Salamanca de fecha 12 de marzo de 1921, que anuncia que desde Villavieja, "una imagen de San José traida desde Valencia, es una talla muy bien construida y del tamaño que le llaman natural, con vara recien cortada al parecer del fresno, y lleva al niño de pie en el mismo pedestal mirandole la cara y con una cruz dorada en las manos. Ambas figuras son muy bonitas y bastante bien detallados sus caracteres anatómicos, sobre todo en los desnudos pies y manos del niño, lo cual es honra para el obrero ENRIQUE GALARZA, de la Casa de Tena, el cual al hallarse en huelga, como todos sus compañeros de la fabrica, la construyó en su casa como particular y por menos dinero que el que hubiese costado ella".
En 1924, con motivo de la
beatificación del P. Claret, hubo de realizar, a petición de los claretianos del
convento del Corazón de María de Xàtiva, un total de 22 tallas en una año justo
de tiempo. En cualquier caso, la actividad va a cesar totalmente con el
estallido de la guerra civil, momento en el cual, siguiendo el consejo de sus
esposa, se trasladan con sus hijos (Enrique Galarza, tendria un hijo y una hija) a Picassent (Valencia) al abrigo de la
familia de ella, agricultores de profesión.
Imagen de la Divina Pastora de Galarza en L´Olleria
A esta faena se dedicó durante los años de la contienda alternándola con con todo tipo de
remiendos de de carpintería. Finalizada la guerra, 1939, las cosas van cambiando
radicalmente: había que sustituir tantas imágenes como la barbarie y la
incultura habían hecho desaparecer, siendo años de prosperidad para los talleres
de imaginería religiosa.
La Santa Cena (Orihuela), obra de Galarza
La Santa Cena (Orihuela), obra de Galarza
Nunca ha sido Enrique Galarza un desconocido, aunque si que hay que decir de inmediato que no siempre las obras por él realizadas, ideas en su "Taller", allí nacidas, han tenido igual fortuna, quizá otros artesanos, de una manero o de otra, han hecho pasar como propias las esculturas que no lo eran o no lo eran en su totalidad.
San Jorge "El Xicotet" de Alcoy
En tal caso las tallas del Cristo del Calvario de la Cofradia del Perdón de Orihuela, la Virgen de los Lirios y de San Jorge ecuestre de Alcoy, que durante más de cuarenta años han sido atribuidas a diferentes autores.
Cristo del Calvario de Galarza de la Cofradía del Perdón de Orihuela
San Jorge "El Xicotet" de Alcoy
En tal caso las tallas del Cristo del Calvario de la Cofradia del Perdón de Orihuela, la Virgen de los Lirios y de San Jorge ecuestre de Alcoy, que durante más de cuarenta años han sido atribuidas a diferentes autores.
Cristo del Calvario de Galarza de la Cofradía del Perdón de Orihuela
Es preciso situarnos en el momento historico. La postguerra, la autentica necesidad de llenar hornacinas y altares de imagenes que el vendaval bélico se llevó por delante, destruyendolas del fuego, la piqueta y sobre todo la ignorancia y la falta de absolita de sensibilidad.
De ahí que en Valencia se organizan talleres en los que allí trabajan un alto grado de profesionalidad y oficio, desarrollando una intensisima actividad. En el Taller Rabasa y Royo, más que un taller sería una galeria de arte sacro, ingresaban tallas sin firmar, y muchas de ellas de Enrique Galarza que, sin embargo, guardaba en su propio obrador, clichés, dibujos, vaciados o croquis de tales trabajos. Gracias a estos documentos se ha podido certificar la autoria de muchas de estas obras anonimas, como es el caso del Cristo del Calvario de la Cofradía del Perdón de Orihuela, en el que solo figuraba el anagrama del taller valenciano o las firmas de sus dueños, los marchantes de arte, JoseéRabasa o Antonio Royo.
Virgen de los Lirios en el Santuario de la Font Roja de Alcoy
En este sentido recogemos las palabras del propio Galarza, publicadas en el periodico alicantino "Información", publicadas el 13 de octubre de 1991 en su edición Alcoy: "Un buen dia se presentó en mi casa Rabasa, al que nosotros le llamabamos rabosa (zorra o raposa en valenciano), ya que simplemente era un marchante que además nos pedía que no firmaramos nuestras obras. Me encargó que hiciese una imagen de San Jorge (todo indica que es el Sant Jordi "El Xicotet") y otra de la Virgen de los Lirios, y la verdad es que al principio no lo tuve demasiado claro. Hay que entender que todavía nos encontrabamos en guerra, y que por esta zona la imagenes de santos no estaban bien vistas".
Imagen de San Jorge ecuestre reconstruida por Galarza en 1940.
Desde 1941 hasta finales de 1962 la actividad de Galarza es frenética. Son
innumerables sus obras; a manera de resumen diremos que están reconocidas cerca
de 80 obras en Abarán, Albaida, Alzira, Alcàsser; Alcoy, Alcúdia de Crespins, Algemesí,
Ayacor, Benimodo, Cocentaina, Cuenca, Cofrentes, Ènova, Font de la Figuera, València, Guadassuar,
Fet (Huesca), Huelva, Xàtiva, Massamagrell, Montaverner, Novetlè, Llanera de Ranes,
L'Olleria, Orihuela, Picassent, San Sebastián, Sao Paulo, Lima, Villaviciosa (Asturias), y recientemente podriamos decir que tambien en Velez Rubio (Almeria).
Cristo del Perdón Velezano de Galarza.
Cristo del Calvario Oriolano de Galarza.
Galarza, no solo era imaginero, sino hizo alguna escultura profana, como la estatua del conquistador Francisco Pizarro situada en Lima (Perú) y tambien fue artista fallero creando figuras para las fiestas populres de Fallas. Fue gran admirador de Ignacio Vergara que denota la influencia de los maestros del barroco. Destaca su producción por el especial tratamiento en las telas y la calidad del modelaje. Galarza sobresale entre los imagineros de la postguerra creando escuela propia. Entre sus discipulos se encuentra Efrain Gómez.
Efrain Gomez, discipulo de Galarza
Enrique Galarza, fallece en Picassent (Valencia) el 19 de enero de 2000, y el diario ABC de 20/01/2000, en su pagina 74, le dedica estas líneas: "Ha fallecido, a los ciento cuatro años de edad, en la localidad valenciana de Picassent, el escultor Enrique Galarza Moreno. Su obra estaba influenciada por las formas del estilo barroco español. El artista creó innumerables esculturas para iglesias, monasterios y seminarios de toda España e Hispanoamerica. Sus trabajos profanos son menos significativos, a excepción de una escultura del conquistador Francisco Pizarro situada en Lima (Perú). El escultor tambien creó figuras para las fiestas populares valenciana de las Fallas. A pesar de ser operado de los ojos, Galarza no dejó de trabajar hasta los noventa años".
ABC (19/01/2000)
Existe un libro editado en 2001 dedicado a este genial escultor; "Enrique Galarza Moreno. Imaginero Valenciano (1895 - 2000)" (Error en el año de nacimiento).
Portada del libro dedicado al trabajo de Enrique Galarza en el 2001
Esta publicacion se realizó como consecuencia del 50 aniversario de la ejecución del trono procesional para la Virgen del Milagro de Cocentaina, no es un libro biografico del escultor sino sobre su trabajo y la tecnica empleada para esta obra.
